La esterilización de perros en México enfrenta resistencia debido a diversos mitos y factores socioculturales. Muchos propietarios, especialmente hombres, se oponen a la castración de sus mascotas por creencias infundadas y desinformación. A continuación, se abordan algunos de los mitos más comunes y se proponen estrategias para fomentar una percepción más positiva de la esterilización canina.
Mitos comunes sobre la esterilización:
1. Cambio de personalidad y disminución de actividad: Existe la creencia de que los perros esterilizados se vuelven menos activos o cambian negativamente su comportamiento. En realidad, la esterilización puede hacer que los animales sean más equilibrados y menos propensos a conductas agresivas o territoriales.
2. Pérdida de masculinidad: Algunos dueños consideran que castrar a sus perros machos afecta su virilidad o identidad. Sin embargo, los perros no tienen una noción de sexualidad o ego; la castración no altera su personalidad básica ni les causa una crisis de identidad.
3. Necesidad de experimentar la reproducción: Se piensa que los perros deben aparearse al menos una vez para ser felices o saludables. No obstante, los animales no se reproducen por placer, sino por instinto, y no sufren emocionalmente por no hacerlo.
4. Riesgos para la salud: Existe el temor de que la esterilización conlleve complicaciones médicas. En realidad, este procedimiento reduce el riesgo de ciertas enfermedades, como infecciones uterinas y cáncer de mama en hembras, y cáncer testicular en machos.
La esterilización evita el sufrimiento animal y controla su sobrepoblacion.
La reproducción descontrolada contribuye al abandono y al maltrato, con miles de perros viviendo en las calles en condiciones precarias. Esterilizar a todos los perros es una medida responsable y necesaria para evitar el sufrimiento animal y fomentar una convivencia más segura y saludable.